1. Respiración profunda: Cuando sientas que la ansiedad aumenta, toma unos minutos para hacer respiraciones profundas. Inhala lentamente por la nariz, mantén el aire unos segundos y luego exhala lentamente por la boca. Esto puede ayudar a calmarte.

2. Organización: Organiza tu espacio de trabajo y crea listas de tareas. Tener un plan claro puede ayudarte a reducir la sensación de caos y la ansiedad que conlleva.

3. Toma de descansos: Programa breves descansos durante el día para relajarte y recargar energías. Estos momentos pueden ayudarte a reducir la tensión acumulada.

4. Establece límites: No te exijas más allá de tus límites. Aprende a decir de manera asertiva cuando sea necesario y evita sobrecargarte de trabajo.

5. Comunicación: Habla abierta y honestamente con tu jefe o supervisor sobre tus preocupaciones. A veces, compartir lo que sientes puede llevar a soluciones o ajustes en tu carga de trabajo.

6. Ejercicio físico: Realiza actividad física regularmente. El ejercicio libera endorfinas, que son sustancias químicas que mejoran el estado de ánimo y reducen la ansiedad.

7. Meditación y mindfulness: Practicar la meditación y el mindfulness (prestar atención al momento presente) puede ayudarte a mantener la calma y la concentración en situaciones estresantes. Comienza con 5 minutos todos los días.

8. Apoyo social: Habla con amigos, familiares o colegas de confianza sobre cómo te sientes. A veces, compartir tus preocupaciones puede aliviar la ansiedad.

9. Establece rutinas: Mantener una rutina diaria te puede proporcionar un sentido de control y previsibilidad en tu vida laboral.

10. Busca ayuda profesional: Si la ansiedad en el trabajo se vuelve abrumadora y persistente, considera hablar con un terapeuta o psicólogo especializado. Pueden proporcionarte herramientas específicas para manejarla.

En el PAP contamos con asesoría en apoyo psicológico, coaching, bienestar y vida.

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